sábado, 25 de julio de 2009

todavía no pierdas el equilibrio, que nuestra historia no ha hecho más que comenzar. y no será fácil. no será como uno de esos cuentos felizmente predecibles, adornados con un final innecesariamente endulzado: porque si llega el final ¿qué más da si es amargo o azucarado? y, además, sabes bien que pretendo alimentarme para siempre con tus besos de príncipe en blanco y negro, nunca me han gustado las perdices.
recuerda no bostezar las sonrisas, serán necesarias para el café de la mañana. prometo enviarte un mensaje de buenos días cuando esté oscureciendo, y esperarte con una o mil caricias de buenas noches a los pies de la cama. deja las prisas aparcadas en la puerta de la entrada y envuélvete en la mitad que quieras de la manta. no pasaremos frío, y las tormentas mojaran los ventanales pero no nuestras caras.
no olvides deleitarte con cada uno de nuestros segundos, que somos fugaces; y es que en realidad, de momento, tan sólo existimos en estas palabras.

jueves, 23 de julio de 2009

luchar contra lo que tenemos delante es complicado; pero pelear contra el cadáver de los momentos que se han oxidado, y no tienen intención de regresar, es prácticamente imposible cuando el recuerdo te atraviesa el ombligo y hasta las uñas. el corazón parece hecho de plastilina: maleable ante las huellas de la memoria que se dibujan sobre él dejándolo sin oxígeno.
sin inspiración.
es entonces cuando se distinguen dos tipos de personas: las que tienen agallas, y las que simplemente no. vivir es a veces irónico y siempre inexacto, pero no debería ser una utopía. esto es un mercado de sensaciones de alquiler que se malgastan en cualquier boca sin derecho a las devoluciones. esto es un mar de emociones que te atrapa malicioso en su espiral de adicciones, y hay que ser un pez para poder sobrevivir al torrente de desilusiones.

miércoles, 22 de julio de 2009

realmente espero que nunca me pidas los derechos de autor, pero es que pensé que los culpables del estro no los cobraban. naciste en un papel y en un accidente intencionado derramaste tu tinta en mis latidos; y no te culpo, si yo quisiera dejar de ser sólo palabra haría lo mismo. y me gusta pensar que ahora todo se ha vuelto del revés: pasas del corazón a mis intentos de novela, te vistes de alfabeto como quien se viste para salir de fiesta los sábados por la noche y te cuelas casi cínicamente entre mis letras. si supieras que es lo único que poseo quizás tendrías más cuidado. o no, porque siempre he pensado que eres un poquito descarado. en realidad, fue eso lo que me enamoró de ti; incluso antes de que me robaras el primer beso. y ¿qué más puedo pedirle al viento? tengo tu silueta escondida en los deseos de mi locura, y esta inspiración que me embriaga cada vez que me pierdo en tu figura.